Cremas solares y cómo prevenir manchas de sol. El melasma

El melasma es un tipo de mancha marrón que aparece en el rostro y que se oscurece con el sol, afectando a toda la cara o a una parte de ella (zona de bigote, pómulos, frente…). Generalmente se produce en mujeres a partir de los 20 años, pero también se ve en hombres. Son las mismas manchas que aparecen en embarazadas y se llamaban “paño” o “cloasma”.

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Se desconoce su causa exacta, aunque se sabe que el sol es su principal desencadenante. En el caso de las mujeres, puede empeorar por las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) presentes en los anticonceptivos orales. A pesar de su carácter benigno, pues no tiene capacidad de malignización, supone un importante problema estético para muchas personas.

¿Se puede tratar?

Su tratamiento no es fácil, por ser una lesión profunda en la dermis, y la aplicación de láser puede incluso empeorarlo.

Antes de tratarlas se debe acudir a un médico experto en el diagnóstico de manchas relacionadas con el sol, para diferenciarlas de otras. En Dermitek utilizamos una mascarilla despigmentante formulada especialmente, que se complementa con el uso domiciliario de cremas despigmentantes. Hay personas a las que aplicamos luz pulsada intensa pues es una tecnología que además, rejuvenece, pero siempre con un cuidado especial y cremas complementarias.

Es muy importante la protección solar, para evitar que el melasma vuelva a salir, que siempre es posible. Es preciso aplicar diariamente crema de protección solar muy alta. Para que sea eficaz, tendremos que reponerlas cada dos horas y siempre en buena cantidad (que nos quede “blanco”).

Las personas con melasma deben elegir un protector solar “de amplio espectro” que proteja contra los dos tipos de radiaciones dañinas del sol: las radiaciones ultravioleta B (UVB) y las radiaciones ultravioleta A (UVA), causantes del oscurecimiento del melasma.

Lo que mucha gente desconoce sobre la protección solar, ¿sabías que..?

  • Para alcanzar la eficacia del factor de protección solar indicado el fotoprotector tiene que aplicarse en cantidades similares a las empleadas en los ensayos realizados en el laboratorio; es decir, 2 mg/cm2, que equivale a seis cucharaditas de café (unos 36 g), para todo el cuerpo de un adulto de talla media. La aplicación de menos cantidad de producto de protección solar lleva a una reducción significativa de la protección.
  • NO EXISTE la protección TOTAL: las cremas protegen un máximo de un 98% en las mejores condiciones. Además, a partir de una fotoprotección 30 la capacidad de proteger es muy parecida. Por ejemplo, entre un fotoprotector del 30 y del 50 hay una diferencia de un 2-3% más a favor del segundo. Esta diferencia es mínima para una persona normal, aunque puede ser importante para personas con problemas de piel como el melasma o con alergias solares.

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