En esta época del año, septiembre y octubre, se deben extremar las precauciones en el procedimiento de la depilación láser para evitar quemaduras. Los láseres y los aparatos de fotodepilación por luz pulsada intensa (IPL) depilan debido a que calientan la melanina, un pigmento negro presente en el pelo, y como consecuencia de ello destruyen el pelo. El problema está en que también hay melanina en la piel, especialmente en pieles oscuras y bronceadas. Por ello, si la luz del aparato calienta la piel en exceso se producirá la quemadura.
La piel tras el verano está morena por la exposición solar que activa la producción de melanina. La exposición solar también se produce cuando se practican deportes al aire libre o simplemente paseando. El peligro está en que cada vez nos vemos con menos color y parece que ya no estamos morenas o morenos pero la melanina tarda meses en desaparecer de la piel, especialmente en personas naturalmente morenas que han pasado el verano en la playa.
Cuando se aplica un aparato de fotodepilación por luz pulsada o un láser de depilación ocurre que la luz que emiten todos estos aparatos- sin excepción-es absorbida tanto por la melanina del pelo como por la melanina de la piel. Si hay mucha melanina en la piel y se calienta en exceso ocurre la quemadura. La dermatóloga insiste en que , a pesar de utilizar sistemas de enfriamiento para proteger la piel del calor como son el aire frío, criógeno líquido, frío por contacto etc., éstos aparatos no nos indican automáticamente que energía debemos usar en cada tipo de piel por lo que dependemos de tres factores: De que el aparato sea seguro, que la persona al cargo esté correctamente formada y tenga experiencia y, por último, de que haya un médico con conocimiento supervisando el centro, requisitos que en muchos casos no se cumplen por lo que el riesgo de quemaduras aumenta.
Existe confusión acerca de la existencia de láseres para pieles bronceadas. El láser del tipo Neodimio-Yag puede utilizarse en personas de piel morena porque la longitud de onda de su luz calienta menos la melanina. Sin embargo, tiene algunos inconvenientes como que es menos eficaz, más molesto, y en el caso de ocurrir quemaduras, las que provoca un láser de Neodimio-Yag son mas profundas e importantes.
Una opción que descarto es depilar con menos energía bajando la potencia de los aparatos. Si bajamos la potencia del láser o luz pulsada la sesión será menos o nada eficaz, por lo que se multiplican el número de sesiones y una persona puede encontrarse, por ejemplo, que con 20 sesiones aún tiene mucho pelo. Además, el pelo tratado con poca energía se vuelve delgado y fino y no se quitará con láser después. Bajar al mínimo las potencias de los aparatos de depilación es una práctica frecuente en algunos centros, pero no deja de ser un fraude.
Creo que lo más sensato es esperar a que el bronceado desaparezca y realizar pruebas en la piel antes de tratar. Aunque existen en el mercado sistemas de medición de melanina, algo fácil es comparar la piel bronceada con zonas de piel no expuestas al sol como la cara interna del antebrazo. Si sois de piel muy oscura o negra realizad pruebas con un láser de neodimio yag, siempre bajo supervisión médica.
Por último quiero hacer hincapié en no confiar en mensajes publicitarios como «fotodepilación para pieles bronceadas», que son falsos, pueden causar graves problemas en la piel, y deberían estar prohibidos. Las lámparas de fotodepilación con luz pulsada son altamente problemáticas en piel bronceada.
Al final, el paciente tiene poca información técnica por lo que aconsejo que pidais al médico al cargo del tratamiento información sobre la tecnología de la que dispone, con sus pros y sus contras.