Nuevos estudios sobre las cabinas de bronceado

La revista Archives of Dermatology acaba de publicar un artículo en el que se pone de manifiesto, una vez más, que las personas que han usado instalaciones interiores de bronceado podrían reunir los criterios de adicción y ser más propensos a síntomas de ansiedad y abuso de sustancias.

En el estudio, en el que han participado 421 jóvenes estadounidenses, se ha constado que casi un 40 por ciento de ellos “cumplió con los criterios de adicción al bronceado”. Además, un 30,6 por ciento “cumplió los criterios de ansiedad y depresión, siendo éstos más propensos a referir síntomas de ansiedad. Finalmente, las dos autoras ponen de manifiesto una conclusión similar a otros estudios realizados anteriormente: “los resultados sugieren que el tratamiento de un trastorno del estado de ánimo subyacente puede ser el paso necesario para reducir el riesgo de cáncer de piel entre los que realizan con frecuencia dicha práctica”.

Es algo muy común en las personas adictas a las cabinas de bronceado el que sufran una alteración de la percepción del tono de piel propio. Es decir, que se vean de un tono más claro que el que realmente tienen o que nunca se vean lo suficientemente morenas.

Sin embargo, se trata de un grupo que sí suele resultar permeable a la reeducación, acerca de la protección que necesita la piel para evitar su envejecimiento prematuro t otras patologías más serias.

Esto es especialmente sensible si se tiene en cuenta que un gran número de personas que utilizan las cabinas de bronceado son gente joven, que tienen una percepción del daño por el fotoenvejecimiento mucho menor que el que tienen las personas adultas.

La polémica sobre el uso de las cabinas de bronceado es ya larga y, como ya se ha apuntado desde algunas instancias, conviene que estos dispositivos incorporen información que adviertan a sus posibles usuarios sobre sus eventuales efectos sobre la piel y la salud.

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